Los padres primerizos siempre tienen una preocupación para dormir a los bebés y para que duerman lo suficiente pero a veces esta tarea resulta imposible, de modo que lo mejor de todo es aplicar algunos de los remedios caseros para dormir a los bebés que conocemos.
La importancia del sueño del bebé es algo que tenemos que tener muy en cuenta y aunque no tenemos porque desesperar si no conseguimos que duerman todas las horas necesarias (una media de unas 12 o 14 horas, con siestas incluidas) tendremos que intentarlo, y para ello os daré algunos de esos remedios caseros para dormir a los bebés sin problemas ya que son del todo efectivos.
Darle un baño antes de dormir
Aunque no lo parezca, el baño es quizás uno de los mejores remedios caseros para dormir a los bebés. El agua caliente y un buen baño es la mejor opción para poder relajar a nuestros bebés y, de hecho, a veces algunos se duermen nada más acabar el baño.
Los tiempos y la temperatura son importantes para conseguir relajar al bebé, lo ideal es que la temperatura del baño esté entre los 23-25 grados y la temperatura del agua similar a la corporal, que es de 35-37 grados. Luego podemos dejar entre los 5 y 10 minutos para que el bebé se relaje y antes de bañarle como de costumbre.
Para los que tengáis más dificultad a la hora de dormir a vuestro bebé podéis añadir al agua de su baño, unas gotas de aceite de esencias de albahaca y otras tantas de aceite de bergamota y que relajan el sistema nervioso.
Aunque nada más bañarlos deberemos darles la cena, quizás se os duerman mientras lo hacéis, algo que no debe preocuparos y si pasa es mejor que los acostéis ya que en cuanto tengan hambre se despertarán para reclamaros pecho o biberón.
Por otro lado, es importante que sepáis también que los aceites esenciales nunca deben usarse puros en la piel, sino siempre diluidos en otro aceite (por ejemplo, aceite de almendras dulces), en un detergente neutro o en una crema básica, de hecho no se disuelven en agua.
La cena
La cena es también muy importante en el hecho de que nuestro bebé descanse durante toda la noche. Tanto a la hora de asegurarnos que no se ha quedado con hambre, como el hecho de darles demasiada cena.
Si el bebé se queda hambriento es normal que se despierte en mitad de la noche y que pida comida, o de hecho que tengamos que darle una toma de leche o de pecho.
Si por otro lado le damos demasiada cantidad puede que le provoquemos un dolor de barriga, que vomite e incluso los tan temidos cólicos.
Además antes de acostarle asegúrate que ha expulsado los gases para evitar los mencionados cólicos, y sobretodo no olvides cambiar el pañal justo antes de acostarle para que se acueste seco y cómodo.
Prepara la habitación
Por otro lado, el cuarto del bebé debe ser un espacio de calma y adecuado para su descanso, mucho más que para que juegue. La temperatura deberá estar siempre rodando los 20 o 21 grados.
Lo mejor es que le acostumbres a la oscuridad pero no dejes todo el cuarto a oscuras, es mejor que si tiene otra habitación cercana a la suya enciendas allí una luz. También puedes optar por los enchufes con luz.
Además puedes optar por colocar un poco de música ambiental, explicarle un cuento y acostumbrarle a que duerma acompañado de un peluche o mantita para que se relaje con su tacto.
Además ayuda a crear un ambiente relajado con aromaterapia. Necesitamos un difusor para esencias y aceites esenciales (puro , sin disolventes u otras sustancias potencialmente dañinas o irritantes). Una de las mejores esencias para promover la relajación de adultos y niños es, sin duda, la lavanda. Trata de poner un par de gotas en una almohada junto a la pequeña cama.
Sonidos relajantes
Aunque es una opción algo extraña para conseguir dormir al bebé, lo cierto es que acostumbrarle al ruido (sin que éste sea exagerado) permitirá no sólo que el pequeño se acostumbre a dormir aunque haya un murmullo y a que se pueda relajar con el ruido en cuestión.
Piensa que el tiempo que ha pasado el bebé en el útero son unos meses en los que se acostumbran al movimiento constante y al murmullo del líquido amniótico, el latido del corazón y la voz de su mamá, etc.., así que evitar sonidos una vez han nacido, y para dormirles, será caer en un error.
Flor de azahar y leche caliente
La flor de azahar es un buen remedio para los bebés más inquietos. Podemos preparar con ella una infusión que siempre será efectiva.
Podemos optar por hacer una infusión de agua caliente (una taza) con flor de azahar (cucharada y media) y darle al bebé, cuando ya esté fría, y con un poco de azúcar y en biberón.
Por otro lado, la leche caliente con miel también es un buen remedio que les ayudará a dormir.
Pasiflora y melisa
En caso de despertares nocturnos frecuentes, agitación excesiva, inquietud por el cambio de estación y dificultad para conciliar el sueño, desde la edad de 3 años se puede intentar con fitoterapia .
Lo que debes hacer es darle al bebé un extractos líquido con gotas o jarabes sin alcohol y en las dosis recomendadas por el naturópata o pediatra (de acuerdo con el peso del niño). Las plantas medicinales más efectivas en este sentido son la pasiflora, la melisa y la manzanilla . Si el bebé está particularmente agitado, el remedio también se puede administrar durante el día, pero obviamente en dosis más bajas que en la noche.
No obligues al bebé a dormir
En primer lugar, como ya te hemos indicado al inicio de este artículo, tu bebé puede llegar a dormir 16 o 18 horas diarias, pero durante sus primeros meses de vida no es necesario ni recomendable que quieras imponer una rutina o un horario para dormir.
El bebé es, hasta cierto punto, imprevisible y se despertará cada cierto tiempo, ya sea porque tenga hambre o cualquier otra razón, así que cualquier intento de seguir una rutina puede ser en vano, a no ser que tu bebé sea especialmente tranquilo y muy poco «llorón». Ten en cuenta también que a algunos bebés les cuesta horrores dormir más de un par de horas seguidas, mientras que hay otros que ya desde muy chiquitines se quedan dormidos como troncos durante 6 o más horas.
Rutinas de sueño
A partir de los primeros dos o tres meses de vida, sí puedes empezar a incluir algún tipo de rutinas para que tu bebé comience a asociar ciertos actos con el dormir. Por ejemplo, puedes darle un baño y leerle un cuento, y el niño poco a poco asociará esos momentos con su madre – padre a los instantes previos a irse a dormir, y poco a poco se irá acostumbrando y será más fácil que coja el sueño.
Puedes reforzar esta asociación de ideas y sensaciones del bebé haciendo esto siempre a la misma hora, acostándolo siempre y levantándolo a la misma hora, etc. Es, al fin y al cabo, una forma de empezar a ajustar su reloj vital.
Otra estrategia muy útil es crear diferentes climas para las mismas acciones, dependiendo de la hora del día. Nos explicamos. Tendrás que dar a tu bebé de comer tanto por el día como por la noche, pero la forma de hacerlo y el ambiente que debes crear debería ser distinto en ambas ocasiones. Por el día, debe de ser una oportunidad para jugar, hacerle fiestas, y que el bebé se ría y disfrute contigo, para que rebose vitalidad. En cambio, por la noche, cuando se acerca el momento de irse a dormir, debe ser una cena mucho más tranquila, con una luz mucho más tenue, e incluso la puedes terminar cantándole suavemente, en definitiva debería ser una velada muy tranquila y sin sobresaltos.
Duerme junto al niño
Otro remedio para conseguir dormir a tu bebé es que duerma contigo, pero si no quieres que esté en tu cama o deseas asegurarte un buen descanso, tanto para él como para ti y tu pareja, es mejor que utilices la cunas del tipo moisés o las mini-cunas, que tienen ruedas y pueden colocarse junto a nuestra cama.
Además, podemos bajar la protección de modo que la cuna quedará como acoplada a nuestro colchón. Es un buen método ya que muchos niños se duermen mejor si antes han recibido una toma de leche materna o de sustitución. De este modo la madre puede darle el pecho al bebé, o un biberón, con mayor facilidad y conseguir así que se duerma antes.
Que la cuna no esté llena de cosas
Si deseas que tu bebé se duerma cuando lo metas en la cuna no lo rodees de peluches, muñecos o mantas en exceso. Por un lado se va a distraer, y por otro es posible que el exceso de mantas provoque que tenga calor. Mide la temperatura del dormitorio del niño y asegúrate que es la adecuada para que pueda descansar.
Caricias en la cuna
Muchas madres y padres duermen a su bebé en brazos, y aunque es quizás el método más eficaz, suele ocurrir que al dejar al pequeño en la cuna o en la cama se despierta de repente. Para que no se asuste cuando lo dejamos o para que piense que sigue en nuestros brazos, puedes probar a dejarlo con delicadeza y una vez lo tengas acostado, coloca tu mano sobre su barriga o su cabecita. Que no deje de sentir, aunque esté dormido, su contacto con el nuestro. Espera unos segundos y levanta lentamente la mano, verás como habrás conseguido que se quedé dormido y completamente quieto.
Cuidado con las infusiones falsas
Es importante evitar preparados de infusiones falsas y apostar por la infusión real. Los preparados listos, de hecho, actúan como agua azucarada favoreciendo los picos glucémicos no relajantes y, además, no contienen la cantidad de complejo fitoterapéutico necesario para la relajación.
Si el niño está acostumbrado a beber del biberón o de la taza antes de acostarse, así como durante la noche, es mejor tratar de ofrecer infusiones hechas con bálsamo de limón, lima y flor de la pasión. Tú misma puedes comprar la mezcla al herbolario de confianza o usa las bolsitas prefabricadas y prepara una infusión real, que tendrás que dejar enfriar y endulzar con una cucharadita de miel de tilo. Siempre hablad con vuestro pediatra.
Remedio de los cuarenta segundos
Por último os queremos dar un remedio que parece magia pero que realmente funciona. Se trata de acariciar al bebé en el entrecejo. Funciona si lo haces con el dedo pero también funciona (y quizás mejor) si lo haces con una mantita y si no te lo crees te dejamos la prueba en este vídeo:
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Originally posted 2020-02-03 05:13:09.