Diferencia entre subrogación con óvulos propios o donados

Cuando una pareja o una persona sola decide iniciar un proceso de
gestación subrogada, una de las primeras preguntas que aparece es: ¿qué óvulos se utilizarán? La elección entre emplear óvulos propios o recurrir a los de una donante marca un rumbo distinto en la experiencia médica, legal y emocional.

Óvulos propios: biología y deseo de continuidad

Para quienes desean mantener una conexión genética directa con su futuro hijo, la opción de usar óvulos propios suele ser la más atractiva. El procedimiento implica la estimulación de los ovarios de la madre intencional, la extracción de los óvulos y su fecundación mediante fecundación in vitro. Posteriormente, los embriones resultantes se transfieren al útero de la gestante.

La gran ventaja de este enfoque es la continuidad biológica: el bebé comparte carga genética con la madre y, en muchos contextos legales, esto aporta más seguridad durante los trámites de filiación. Sin embargo, no siempre es viable. La edad avanzada, problemas de fertilidad previos o determinadas patologías pueden reducir la calidad y cantidad de los óvulos, comprometiendo las probabilidades de éxito. Además, el proceso es más invasivo y encarece el tratamiento.

Óvulos donados: mayor tasa de éxito

Otra vía es recurrir a óvulos donados. En este caso, la madre intencional no pasa por estimulación hormonal ni extracción, lo que simplifica su parte médica. Los óvulos provienen de mujeres jóvenes que superan estrictos controles médicos, psicológicos y genéticos. Tras ser fecundados con el esperma de la pareja o un donante, los embriones se transfieren a la gestante.

La principal ventaja es la alta probabilidad de embarazo: la juventud y la salud de las donantes se traducen en óvulos de mayor calidad. También se reducen los riesgos de transmisión de enfermedades hereditarias. A cambio, la madre intencional renuncia al vínculo genético, lo cual puede ser un reto emocional para algunas familias. Además, en ciertos países, el proceso legal es más complejo y requiere documentación adicional.

Aspectos emocionales que pesan en la decisión

Más allá de los datos clínicos, lo emocional juega un papel decisivo. Algunas madres sienten imprescindible transmitir sus genes, mientras que otras priorizan las mayores probabilidades de éxito de los óvulos donados. Lo importante es entender que el vínculo afectivo no se construye en el laboratorio, sino en la crianza y el amor diario.

De hecho, muchos padres que recurrieron a donación de óvulos aseguran que, una vez nació su hijo, la falta de vínculo genético dejó de tener relevancia. El apego y el cariño superan cualquier diferencia biológica.

El proceso de selección de la donante

Cuando se opta por la donación, el camino incluye la elección de la donante. Este proceso no es improvisado: implica pruebas médicas y genéticas, entrevistas psicológicas y verificación de historial familiar. Además, las familias pueden elegir donantes con ciertas características físicas o educativas.

Agencias como Gestlife se encargan de guiar a los futuros padres en cada fase, ofreciendo garantías de transparencia y seguridad, y resolviendo dudas tanto médicas como legales.

El papel de la normativa legal

La legislación internacional sobre subrogación es muy diversa. En algunos países, la filiación resulta más sencilla si existe vínculo genético con al menos uno de los progenitores. Esto suele favorecer la opción de usar óvulos propios. Con óvulos donados, es habitual que se exijan trámites adicionales. Por ello, contar con asesoría legal desde el inicio resulta indispensable para evitar sorpresas en el proceso.

¿Qué camino es mejor?

No existe una respuesta única. La decisión depende de factores personales, médicos, legales y económicos. Quien pueda y desee aportar sus propios óvulos encontrará en ello una conexión biológica con su hijo. Quien priorice la mayor probabilidad de éxito puede sentirse más cómodo recurriendo a óvulos donados. En ambos casos, el acompañamiento de médicos, psicólogos y abogados especializados es clave para dar cada paso con seguridad.

Preguntas frecuentes

  • ¿Cuál opción tiene mayores tasas de éxito? Generalmente, los óvulos donados por la edad y salud de las donantes.
  • ¿Se pueden elegir características de la donante? Sí, físicas, educativas y de historial médico.
  • ¿La ausencia de vínculo genético afecta al apego? No necesariamente, el lazo emocional surge de la crianza.
  • ¿Qué opción implica más trámites? En muchos países, los óvulos donados requieren gestiones legales adicionales.
  • ¿Cuál puede resultar más costosa? Usar óvulos propios exige tratamientos médicos, mientras que la donación incluye la compensación a la donante.

En definitiva, tanto los óvulos propios como los donados son caminos válidos dentro de la gestación subrogada. La clave está en conocer las implicaciones de cada alternativa y contar con el respaldo de especialistas que acompañen el proceso desde el inicio hasta el nacimiento del bebé.

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