El parto por cesárea es un tipo de parto que en muchas ocasiones son planeados con tiempo, mientras que otros son realizados cuando se necesita que bebé nazca inmediatamente para asegurarse que la madre y el bebé en camino se encuentren en buen estado.
Los partos por cesárea planeados
Los partos por cesárea son planeados cuando se conoce algún problema médico que hará que la labor del parto sea peligrosa para la mamá o el bebé.
Algunas de las razones médicas para la cesárea planeada pueden ser:
-
Un feto en cualquier posición que no sea la de cabeza abajo (incluida la posición de nalgas).
-
Disminución del suministro de sangre a la placenta antes del nacimiento, lo cual podría derivar en que el bebé nazca muy pequeño.
-
La urgencia médica de que el bebé nazca cuando la labor del parto no es exitosa.
-
Cuando se estima que la medida del bebé es menor de 9 a 10 libras o más.
-
Una enfermedad materna o condición que podría condicionar la labor del parto, como una enfermedad cardiaca por ejemplo.
-
En casos de placenta previa, es decir, cuando la placenta está bloqueando la cerviz.
-
Enfermedades como el herpes genital que podrían pasar al bebé si este pasa por la vagina durante el parto.
-
En casos de que la madre posea el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el cual puede ser transmitido al feto si es que nace por la vagina.
-
Embarazos múltiples. La dirección y el tamaño de las incisiones en estos casos dependerá de la posición de los fetos.
En particular, el parto por cesárea podría efectuarse debido a múltiples causas:
- Gemelos que comparten el mismo saco amniótico
-
Más de tres fetos
En casos de gemelos siameses.
Un útero que no se contrae adecuadamente durante la labor de parto, haciendo que la labor de parto se prolongue y complique.
Cuando los fetos son demasiado grandes.
Cómo es una cesárea
Algunas veces el embarazo no culmina como la madre hubiese querido. En algunas circunstancias determinadas, el parto natural no es posible y debe recurrirse a la cesárea.
En la misma se se interviene quirúrgicamente a la embaraza para extraer al bebé. Se realiza una incisión en el abdomen (laparotomía) y otra en el útero, se extrae el líquido amniótico y luego al bebé. La boca y nariz del recién nacido se limpian de fluidos, se corta y liga el cordón umbilical y se pasa al bebé a un pediatra o enfermera que controlará su respiración. El bebé y la placenta se extraen por la incisión en cuestión de minutos después del comienzo de la cirugía. Estas incisiones se cierran y todo este proceso toma alrededor de una hora.
Este procedimiento se realiza generalmente con anestesia espinal o epidural, lo que permite que la madre esté despierta durante el parto, pero anestesiada desde el pecho a las piernas. Esta anestesia no seda al bebé, y la madre puede oír y ver a su bebé. La anestesia general se usa pero en muy raras ocasiones.
Por lo general la incisión de la cesárea se realiza por encima del pubis, encima del borde de la vejiga, por debajo de la «línea del bikini». Se puede realizar otro tipo de incisión longitudinal, pero raramente es usada porque puede generar más complicaciones que la incisión anterior.
Las cesáreas sólo deben realizarse cuando el parto vaginal se presenta con algunas complicaciones. Algunas de estas razones pueden ser indicaciones fetales, como por ejemplo lo que llamamos SFA (Sufrimiento fetal agudo) que ocurre por una falta de oxígeno al feto o porque el corazón del bebé lata demasiado rápido o demasiado lento.
Pero las complicaciones también pueden venir por parte de la madre. En este caso puede tratarse por un problema en el útero (que sea pequeño, deforme, etc) o por gestación múltiple, algo que suele ocurrir muy a menudo por la fecundación in vitro. También pueden ser causas relativas al cuello del útero llamado cérvix. En este caso podemos hablar de un cérvix demasiado relajado, infección por herpes genital o por una infección intrauterina.
También puede tratarse de un problema en la placenta o en el cordón umbilical. Por ejemplo, la placenta puede ocluir el cérvix, puede producirse una desprendimiento de la placenta (esto se conoce como placenta abruptio) o por la salida del cordón umbilical por la vagina (prolapso de cordón).
Algunos de los peligros a los que se enfrenta la madre es que la cabeza del feto sea demasiado grande para su pelvis, que el parto esté resultando demasiado duro y largo para la madre o por fallos en el trabajo del parto como los causados por la oxitocina sintética que se aplica para acelerar la dilatación; o fallos en los fórceps o cualquier otro instrumental médico. Otras causas son una posición anormal del bebé, enfermedad de la madre que pueda ser afectada por el esfuerzo del parto como la hipertensión, o en casos de madres con una edad avanzada (normalmente, a partir de los 40 años).
La cesárea también se lleva a cabo en algunas ocasiones cuando ha habido una cesárea en un parto anterior de la madre.
La cesárea debe estar seriamente justificada, ya que es una intervención mayor. La probabilidad de muerte de la madre en una cesárea es tres veces mayor que en un parto vaginal. Es muy probable que los bebes nacidos por cesáreas tengan problemas iniciales para respirar. También es de tener en cuenta, que si bien después de una cesárea se puede dar un parto vaginal, las posibilidades son menores, ya que el útero suele quedar sentido, mas fino en la parte de zona de la incisión, por lo que quizás no pueda soportar futuras contracciones.
La OMS ha hecho ciertas recomendaciones, y sugiere que el índice de cesáreas no debe superar el 10% de los partos, índice que mantienen los hospitales de alta calidad, pero en muchos otros hospitales este índice es alarmantemente mayor, lo que está generando ciertas preocupaciones y dudas, porque esto sería una posible indicación de que se están realizando en casos en los que no son necesarias.
Se sospecha que se están realizando porque las cesáreas dan mayor ganancia a los médicos y hospitales, o porque un trabajo de parto puede ser largo, aunque normal, y los médicos tratarán de no perder el tiempo con la parturienta.
Por esta razón se está haciendo más frecuente la atención por parte de parteras fuera del hospital, y se ha observado que en los partos atendidos de esta manera el número de cesáreas disminuye notablemente.
Riesgos de una cesárea
La cesárea es una cirugía mayor, con todos los riesgos que esto puede tener:
- Los riesgos de cualquier intervención bajo anestesia
- Que la madre reaccione mal a la medicación
- Que se produzcan hemorragias o algunos problemas respiratorios
- También se pueden sufrir infecciones y problemas más graves como la infección del útero
Otros inconvenientes:
- aumenta de 5 a 20 veces el riesgo de infección (endometritis)
- aumenta el riesgo de internación del bebé en neonatología
- aumenta el riesgo de distress respiratorio neonatal
- aumenta el tiempo de internación materno
- aumenta el dolor post-parto
Fuente: tuotromedico.com
Recuperación después del parto
Después de la cirugía, la madre es llevada a la sala de recuperación o a su habitación. Durante este tiempo, serán revisados su presión sanguínea, su pulso, su índice respiratorio y su incisión. Se la mantendrá bajo observación en caso de un sangrado vaginal en demasía.
Por lo general, permanecerá en cama 6 u 8 horas después de la cirugía, muy dolorida. Luego, se le recomendará a que se mueva con ayuda. Poco tiempo después de la cirugía se le quitará el catéter. La sonda intravenosa permanecerá conectada hasta que pueda comer y beber. Se le darán medicamentos para el dolor si ella lo pide.
Si estás despierta durante la cirugía, probablemente tengas al bebé en tus brazos muy pronto. Te llevarán a una sala de recuperación o a la habitación. Consúltalo con tu médico, pero deberías poder amamantar inmediatamente, aunque quizás el bebé este como adormecido unas horas y no reaccione como un bebé nacido por parto natural
En el hospital estarás entre 2 a 4 días, según tu evolución, y de la razón por la que se te practicó la cesárea.
Recuperación de la cesárea
- Seguramente te sientas muy dolorida y necesitarás calmantes. La cicatrización puede llevar varias semanas.
Mientras te recuperas puedes sentir:
- Retortijones leves
- Secreción o sangrado durante aproximadamente 4 a 6 semanas
- Sangrado con coágulos y retortijones
- Dolor en la incisión
- Tomará de 4 a 6 semanas antes de que pueda regresar a tus actividades regulares